El mundo de la cosmética es muy amplio y complejo.
Hay millones de blogs y revistas que nos hablan de las mejores cremas para nuestro tipo de piel o para solucionar determinada problemática. El objetivo tanto de productos para el cuidado como para el maquillaje es hacernos parecer más jóvenes. Las mujeres comenzamos a combatir los síntomas de la edad muy temprano. Sometemos a nuestra piel a millones de aplicaciones de distintas cremas y cosméticos sabiendo sólo lo que nos dice el fabricante y buscando como resultado parecernos a las modelos de las revistas. Leemos, nos informamos e investigamos sobre que es lo mejor para el acné, las arrugas, la rojez, los poros abiertos o sólo para tener la piel más suave. Probamos y probamos en busca de resultados inmediatos, pero generalmente se queda en la sombra lo qué hay más allá del objetivo de ser eternamente joven.
¿Qué tienen en su composición los productos que aplicamos a nuestra piel? ¿De que forma afecta a nuestra salud esa lista de sustancias desconocidas y de nombre impronunciable? ¿Por qué la industria cosmética no está obligada a poner e su etiqueta todo lo que contienen sus envases?¿Cómo se sintetizan esos compuestos y a dónde van los tóxicos restantes?¿Por qué y para qué necesitamos maquillarnos o tratarnos con cremas?¿A quién beneficia mi loca carrera por no representar mi edad? ¿Esos beneficios son tan grandes que pueden comprar legislaciones? ¿Por qué tengo que parecer mas joven?
En este vídeo Daniel Ortiz responde a algunas de estas preguntas y arroja luz en muchas de las sombras de la industria cosmética. El resto de respuestas tendremos que buscarlas dentro de nosotras.
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Por suerte cada vez hay más personas con una conciencia más global y nacen muchas iniciativas que informan y proponen alternativas reales.