Este artículo se ha publicado en el número 3 de Gansos Salvajes Magazine para las frioleras que sé que estáis por aquí!
Texto: Malva Castro
Fotos: María Zafra
El invierno es la estación del frío, es una época que invita al recogimiento y al acopio de energía. Es un momento del año donde según numerosas culturas y medicinas milenarias, el cuerpo entra en “modo reserva”, comienza el ahorro de energía y de calor y la actividad diaria disminuye, primando el retiro, la introspcción y el consumo de alimentos que nos calientan y nutren. Para hablar sobre este tema me voy a centrar en los principios de la Medicina Tradicional China, que nos dice que todo en el Universo vibra con dos energías, dos polos opuestos y complementarios: yin y yang. Una energía no puede existir sin la otra, y después de una entra en juego la opuesta para compensar la anterior: “el día y la noche”, “la tierra y el cielo”, “la luz y la oscuridad”, “el frío y el calor”, “el sol y la luna”.
Así, según esta cultura milenaria, la energía del invierno es yin, la rige un elemento: el agua; un órgano: los riñones;un sistema: el sistema genito-urinario; una víscera: la vejiga; un sentido: el oído; una estructura: los huesos, los dientes, la médula y el cabello; una emoción: el miedo; un color: el negro; un sabor: el salado; una excreción: la saliva, y un clima: el frío.
Por otro lado, esta misma teoría nos indica que la naturaleza de la mujer es más yin. El yin se asocia con lo femenino, el almacenaje, la introversión y el frío, es por eso que con frecuencia las mujeres en esta época del año padecemos un enfriamiento corporal más acentuado, y que además puede agravarse con una mala alimentación, con miedos y/o sobrecargas.
Así que debido a que el invierno es una etapa donde predomina la energía yin y que ya de por sí la mujer es de naturaleza yin que es de por sí femenina, más que nunca en esta estación, más que nunca, en esta estación, tenemos que buscar el equilibrio y compensar nuestra energía yang, eligiendo alimentos y formas de cocinar que cultiven esta energía en nuestro cuerpo; siempre respetando el curso de la naturaleza y utilizando los alimentos que ésta nos ofrece, en el momento en el que nos los ofrece y de la forma que nos los ofrece, sin químicos ni añadidos.
Aunque en mi práctica clínica me gusta personalizar y ajustar a cada persona el menú y adecuarlo en hidratos de carbono, proteínas y grasas, os propongo un menú general de un día entero predominantemente yang que nos ayude a entrar en calor, a relajarnos y a conciliar el
sueño durante la noche de una forma natural:
AL LEVANTARSE: para empezar el día lo mejor es desperezar el cuerpo y sobre todo los riñones con un vaso de agua templada con unas gotitas de limón y un pellizquito de sal.
El DESAYUNO consistirá en una infusión caliente de canela, jengibre, clavo y cardamomo (plantas estimulantes del yang y calor interno) y una tortita de arroz con tahini
(pasta de sésamo) con una cucharadita de miel.
A MEDIA MAÑANA comeremos un plátano en rodajas con canela espolvoreada por encima.
En la COMIDA os propongo un plato único, completo y equilibrado, muy en consonancia con la cocina que enseño y que además está rico, es saludable y fácil de hacer. Se trata de una legumbre muy consumida en oriente, el azuki, es de sabor ligeramente dulce y tiene un efecto protector y desintoxicante de los riñones, que como hemos visto antes, es el órgano que más sufre con
el frío y el invierno.
Azukis con calabaza y alga kombu
Ingredientes para 4 personas:
- 120 g de azukis (remojo 8-12h)
- 200 g de alga kombu (pesar remojadas)
- 200 g de zanahoria
- 150 g de puerro
- 2 ajos machacados en mortero
- 30 g de aceite de coco virgen extra
- Una pizca de comino
- Una pizca de pimiento rojo seco
- Sal marina sin refinar
Elaboración (1 hora):
Salteamos las verduras en una olla de acero inoxidable con el aceite de coco y los ajos. Retiramos las verduras hacia un lado y añadimos las especias para que se doren unos segundos.
Removemos todo y añadimos las azukis y el alga kombu, cubrimos con agua y llevamos a ebullición. Bajamos el fuego y dejamos 1 hora a fuego medio-bajo o hasta que la legumbre esté tierna. Servir caliente.
A MEDIA TARDE tomaremos otra infusión de canela, jengibre, clavo y cardamomo y un puñadito de almendras o si se prefiere algo dulce, una manzana asada al horno con canela en polvo y una cucharadita de miel.
Para la CENA prepararemos otro plato único, sano, sabroso y fácil:
Crema de Calabaza y boniato con curry
Ingredientes para 4 personas:
- 400 g de calabaza
- 100 g de puerro
- 150 g de boniato
- 30 g de aceite de coco virgen extra una cucharadita de postre de curry
- 1 cucharada de miso
- 80 g de pipas de calaba
Elaboración (1 hora):
Salteamos la calabaza, el puerro y el boniato en el aceite, damos vueltas, añadimos el curry, e miso y cubrimos con agua. Cocemos a fuego muy bajo durante una hora. Pasamos por la batidora y presentamos con las pipas de calabaza por encima.
En general, las verduras redondas y de raíz como la calabaza, la chirivía, el boniato, la cebolla, el calabacín o la zanahoria tienen una energía más yang que las verduras de hoja verde, son de energía caliente y ayudan a aislar el cuerpo del frío. Estas verduras nos las ofrece la tierra durante el otoño y el invierno, una época de más inactividad corporal, en la que nos centramos en mantener el calor, son verduras que crecen con una energía más yang, despacio, dentro de la tierra, hacia abajo, con menos agua, opuestos a la energía yin del invierno.
También la forma de cocción lenta potencia su efecto yang, generando dulzura natural e invitándonos a conciliar el sueño en las horas cercanas a la noche.
Como las cocciones largas hacen que perdamos enzimas, vitaminas y minerales os aconsejo acompañar el plato, sobre todo al medio día, con alguna ensalada o verdura cruda, que aunque enfríe un poquito, nos estaría aportando esa parte de sustancias beneficiosas que perdemos en el cocinado. Otro truco sería añadir brotes y germinados a nuestros platos, podemos contar con ellos todo el año, y nos dan un plus de micronutrientes con numerosas propiedades y sabor mucho sabor!
Como siempre en el equilibrio está la esencia, y da igual a qué disciplina, corriente o cultura de la salud queramos unirnos. Recordad que la naturaleza es muy sabia y nos da lo que necesitamos en el momento que lo necesitamos. Sólo hay que parar un momento y mirar.
¡¡ Buen provecho!!
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