Hace sólo unas décadas la mayoría de la gente vivía en el campo, en contacto directo con los elementos, y la relación hombre-Naturaleza era muy fácil, casi todo el mundo sabía por dónde salía el sol, en qué fase estaba la luna o si se avecinaba lluvia. En verano se interactuaba con el calor, en invierno con el frío y la casa servía poco más que para dormir. En cambio, hoy en día pasamos mucho tiempo entre paredes, estamos dentro de edificaciones como nuestra vivienda, oficina o lugar de trabajo, etc., y hemos perdido nuestro antiguo vínculo con la naturaleza.

El Feng Shui trata de esa relación entre las personas y el entorno, cómo interactuamos con lo que nos rodea. 

Aunque hoy en día la tecnología nos facilita enfriar el espacio, calentarlo, iluminarlo de noche, oscurecerlo de día…la relación que tenía nuestro cuerpo con la Naturaleza se ha vuelto un poco caótica, el patrón natural se ha roto. Así, el interés actual por el Feng Shui, parte de la idea de la filosofía oriental de que lo que nos rodea puede estar muy ligado a lo que podamos hacer en la vida, y que  algunos entornos o elementos relacionados con nuestra casa nos pueden ayudar o no en lo que hacemos o deseamos conseguir.

FENG SHUI PARA EL OTOÑO: EL DESPERTAR DE LA ENERGÍA FEMENINA 

Centrándonos en el periodo otoñal, en el que ahora nos encontramos,  que durará tres meses aproximadamente, es en este momento cuando la energía yang, de carácter activo, caliente, luminoso y masculino empieza a decrecer, dando paso poco a poco, a una fuerza más introspectiva, sosegada, fresca e intuitiva, de carácter femenino. 

Es el otoño la época de tránsito entre estas dos fuerzas opuestas que danzan entre si dando lugar a las estaciones. Los días se acortan y el calor poco a poco se “enfría” invitándonos a la introspección y dándonos la oportunidad de realizar actividades más tranquilas.

Pero más allá de esto, el Feng Shui nos da la posibilidad de investigar esa relación que hay entre nuestros meridianos de acupuntura y la energía que fluye en la Naturaleza en este momento y extenderla.

La energía otoñal llega por el Oeste en el otoño temprano (Agosto-Septiembre) y por el Noroeste en el otoño avanzado (Septiembre-Octubre) y se conecta en el cuerpo con los meridianos de Pulmón e Intestino Grueso, correspondientes al elemento Metal según la medicina China. Esta energía es abundante en el atardecer y es la que permite que la sensibilidad y la creatividad afloren, así como que emerja el “niño interior” necesario para relacionarse con los hijos y con la vida, de una forma grata y renovada. Potenciar el área Oeste de la vivienda puede ayudar a establecer una nueva posición ante el mundo, tal y como la  que podría adoptar un niño a través de la apertura, la felicidad, la libertad, la sensibilidad y la creatividad.

El artículo completo puedes encontrarlo en el número 2 de Gansos Salvajes Magazine.

Texto: Rosa Mª Sánchez
Foto: Marcela Castro

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Author: gansosmag

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