Entrevista a Christiane Northrup por Mónica Collado y Laura M. Hortal. Publicada en Gansos 8

La doctora Christiane Northrup (1949, Maine, Estados Unidos) es una pionera en el campo de la medicina para mujeres con más de 30 años de experiencia. Su práctica, que ha ayudado a millones de mujeres a lo largo y ancho del planeta, se basa en el reconocimiento de la unión indisoluble entre cuerpo, mente y emoción. Ginecóloga y obstetra, es -a día de hoy- la máxima autoridad mundial en su campo. Su trabajo de investigación y divulgación está centrado en ayudar a las mujeres a sentirse vivas, a mejorar sus relaciones consigo mismas y con su entorno, y a cuidar su salud teniendo en cuenta que el cuerpo femenino tiene sus propias características y necesidades.

La doctora Northrup adoptó a los pocos años de su práctica clínica –y a consecuencia de encontrarse con la enfermedad en primera persona- un enfoque novedoso, ya que hasta ese momento el cuerpo del hombre era el modelo estándar en el campo de la investigación médica. Su actitud visionaria hizo que comenzara a relacionar síntomas físicos con estados emocionales y mentales de las mujeres.

Es autora de numerosos bestsellers, entre los más conocidos: Cuerpo de mujer, sabiduría de mujer  (1994), La sabiduría de la menopausia (Crecimiento personal) (2002) y Madres E Hijas (2006), traducidos a más de veinte idiomas.  Con su trabajo ha ayudado a derribar paradigmas obsoletos sobre el cuerpo de la mujer y ha inspirado una nueva perspectiva, que normaliza y transmite un concepto positivo del embarazo, la maternidad, la lactancia, el ciclo menstrual y la menopausia. Para Northrup, hay que integrar la emocionalidad femenina, la importancia que tienen para nosotras las interacciones sociales, y nuestra psicología y formas de pensar en todos estos procesos, ya que de ello depende nuestra salud.

En esta entrevista nos habla del impacto fundamental que tiene en la vida de cualquier mujer la relación con su madre y nos da claves para ir más allá de ella.

1. Las madres generalmente transmiten a sus hijas muchas cosas, entre ellas, la relación que tienen con su cuerpo y la forma en que se cuidan. Este es quizá uno de sus legados más importantes. ¿Cómo podemos –como hijas-, superar las limitaciones que nos transmitieron nuestras madres?

Creo que lo primero que deberíamos reconocer e integrar es que – de alguna manera- hemos elegido a la madre que tenemos o que tuvimos. Si no miramos este asunto desde una perspectiva más espiritual, corremos el riesgo de acabar sintiéndonos víctimas durante toda nuestra vida. Sólo un dato: los profesionales de la salud mental creen que una de cada cinco personas en todo el planeta tiene un desorden de personalidad conocido como Cluster B, que incluye el trastorno borderline y la personalidad histriónica, por ejemplo. Simplificando un poco, un ejemplo de esto serían esas madres para las que todo está siempre mal. No importa lo que hagas, ellas siempre se quejarán y te criticarán.

Si una mujer tiene este tipo de madre, tiene que aprender habilidades y herramientas para re-maternarse a sí misma y encontrar amigas que sean amorosas y la nutran. Las madres de perfil Cluster B son incapaces de apoyar verdaderamente a sus hijas, ya que suelen ser celosas y muy absorbentes. Sin embargo, como nuestras madres nos dieron la vida, volvemos una y otra vez a ellas buscando sustento y amor, aun cuando nunca lo hayamos obtenido previamente.

A pesar de esto, todas las madres nos han otorgado dones de alguna clase, y nuestro trabajo es encontrar en nosotras esos dones y agradecerlos. Al mismo tiempo, tenemos que aprender a no volver una y otra vez a la misma fuente vacía para aplacar nuestra sed. Debemos aprender a darnos amor incondicional y a aceptar quienes somos en realidad, independientemente del tipo de madre que hayamos tenido.

2. ¿Cuál es la mayor responsabilidad que tiene una madre?

La principal responsabilidad de una madre es proteger a sus hijos, guiarlos hacia una independencia sana, acompañarlos en el descubrimiento de sus dones y talentos, NO PERMITIR que sus hijos ABUSEN de ella y, lo más importante, tener como prioridad cuidarse a sí misma y satisfacer sus necesidades de plenitud y disfrute, necesidades en cuya satisfacción no tienen por qué participar necesariamente sus hijas.

Nada es más importante para una hija que tener una madre que se siente sana y plena con su vida.

3. Muchas mujeres sufren las consecuencias de la baja autoestima y la poca valoración personal. ¿Es posible restaurar la autoestima y superar las limitaciones trabajando en la relación con nuestras madres? ¿Cómo?

Es absolutamente posible superar esas limitaciones. Pero como dije antes, si nuestra madre tiene un trastorno de personalidad, nunca la podrás cambiar. Por lo tanto, tienes que hacer el trabajo en tu interior, a través de terapia, persiguiendo tus propios intereses y sin pretender que tu madre te entienda y apruebe lo que haces. Este proceso puede durar mucho tiempo. Pero en muchos casos, el alma ha venido a este mundo para hacer este trabajo, precisamente.

Una cosa más: una persona tóxica convierte el amor en veneno. Así que presta atención a cuántos minutos pasan hasta que tu madre se “pone negativa” y comienza a criticar tu pelo, a tu pareja, a tus hijos, etc. Esto significa que tu madre puede aceptar sólo un poco de tu amor, pero después cambia la dinámica y vuelve a devolverte negatividad. Cuando eso ocurra, vete de su lado. Y aprende a que no te afecte si a ella no le gusta que actúes así. En la mayoría de los casos, la situación mejora entre las madres y las hijas a medida que pasa el tiempo y envejecen.

4. En tu libro “Cuerpo de mujer, sabiduría de mujer” dices que el patriarcado es la separación de la mente y el cuerpo. ¿Cómo nos afecta esa separación? ¿Cuáles son sus consecuencias?

El patriarcado –la ley del padre- ha gobernado el planeta a través de la mayoría de las civilizaciones que se han desarrollado en los últimos 5.000 años, aproximadamente. Esto significa que el cuerpo de la mujer ha sido visto como inferior al del hombre. Esa creencia ha hecho que en China se hayan eliminado cerca de 60.000 millones de niñas a través del aborto o el abandono, a raíz de la política del “hijo único” implantada por el gobierno. ¡Qué desastre! Unidades móviles con ecógrafos recorrían las zonas rurales de la India, donde se escogía seguir con el embarazo de los niños, mientras que las niñas eran abortadas.

En nuestra cultura occidental, el patriarcado ha dado como resultado que las mujeres hayan sido educadas en la idea de que su ciclo menstrual es “la maldición”. Y los procesos naturales del cuerpo femenino son de alguna manera sucios o malos. Sin embargo, el ciclo menstrual –relacionado con las fases de la luna- es la fuente de nuestra creatividad, rico en energía e información. De hecho, mi hija, Kate Northrup Watts, dirige una comunidad online llamada “The Origin Collective” donde jóvenes madres que se dedican al emprendimiento usan el ciclo lunar y su influjo en la creatividad para darle impulso a sus negocios.

El modelo médico occidental está también basado en el divorcio mente-cuerpo, y los pensamientos y emociones no son tenidos en cuenta al tratar ninguna enfermedad. No obstante, las emociones y los pensamientos forman la base que determina cómo responde nuestra biología. Nuestra biografía se convierte en nuestra biología en un sentido bastante literal. Pero la medicina occidental ignora sistemáticamente este hecho. Así, un dolor de cabeza se convierte en la necesidad de una aspirina y el insomnio, en la falta de somníferos. La medicina farmacológica tiene solamente 100 años de vida. La medicina tradicional y el chamanismo, por otra parte, siempre entendieron que el cuerpo y la mente conformaban una unidad.

5. Las madres son nuestro ejemplo de autocuidado en el aspecto físico, emocional y mental. ¿Cómo podemos, como hijas, mejorar nuestra relación con nosotras mismas si no hemos tenido un buen ejemplo de autocuidado?

Sólo tenemos que encontrar otro modelo al que seguir, buscar “madres sustitutas” en nuestro círculo cercano. Como he comentado previamente, debemos hacer el trabajo de sanarnos nosotras mismas. Es un trabajo del alma. Inspirándome en esta idea escribí mi libro Making Life Easy.

6. ¿Tiene algún consejo para quienes son mamás recientes o futuras mamás de una niña?

Que lo celebre, que la escuche y sienta cuáles son sus habilidades naturales, y que le dé la oportunidad de sobresalir haciendo lo que se le da bien. Que no limite a su hija a hacer cosas “de niñas”  y que le diga que puede hacer lo que ella quiera. Que la anime a estudiar matemáticas y ciencias, de la manera en que deben ser estudiadas, sabiendo que es un conocimiento que hemos integrado en nuestro cuerpo desde hace siglos. Tradicionalmente, todas las mujeres han tejido, y todas sabían matemáticas sólo por practicar esa actividad.  Que le enseñe las disciplinas que se consideran “masculinas” de forma que el cerebro femenino pueda hacerlas suyas. El cerebro masculino es diferente al cerebro femenino, y hay que conocer y celebrar las diferencias, pero no hay que dejar nunca que nuestras hijas crean que su forma de pensar o sus sentimientos son inferiores. Y NO prestarle más atención a los niños que a las niñas dentro de la familia.

7. ¿En qué proyecto estás trabajando ahora?

Acabo de terminar un libro. Además, he diseñado un curso online que se llama “Esquivando a los vampiros de energía: una guía empática para evadir las relaciones que te desangran y restaurar tu salud y tu poder”. El curso comienza en marzo de 2018 y el libro se publicará el 18 de abril de 2018.

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