Aunque no tengo bola de cristal, me atrevo a decir que no creo que nos esperen tiempos de austeridad. Las tendencias se pueden predecir, al 100% es difícil pero con observación y sabiendo qué observar se puede practicar la fururología.
Durante este año vengo escuchando a grandes gurús de la moda decir que nos quedan 10 años para disfrutar de la moda. Que estos son los locos años 20. Y me pongo bastante de mala leche al escucharlo.
También tenemos la predicción científica de que para 2050 con este ritmo de producción y consumo el planeta se agotará. Esto sí me lo creo y espero que tomemos medidas todos como consumidores y especialmente gobiernos y empresas.
En general me parece que ver el futuro con este punto catastrofista y limitado no nos ayuda nada principalmente porque no es real. El futuro siempre sorprende, el futuro nunca es como el pasado, aunque nadie discute que la vida es cíclica, nunca se vuelve al mismo punto exacto. Se vuelve con una consciencia distinta, con experiencia.
Me fascina el libro Abundancia. El Futuro Es Mejor De Lo Que Piensas, es uno de los libros que más me han inspirado en los últimos tiempos. En él hay muchos ejemplos de cómo grandes problemas sociales, económicos y medioambientales se han solucionado de una forma en la que nadie lo hubiese esperado.
Simplemente porque los problemas no se solucionan con en el mismo nivel de consciencia en el que se crearon. Ya lo decía Einstein.
El problema de las cacas de caballo
Un ejemplo, la caca de los caballos de finales del siglo XIX era uno de los grandes retos que enfrentaban las ciudades. Eran fuente de enfermedades, olores, accidentes…y se trataba de regular con planes que conllevaban la restricción.
A nadie se le ocurrió que ese iba a ser el último de los problemas de los siglos venideros. Los coches se crearon en otro nivel de conocimiento y de consciencia.
Confiar en la vida
Tenemos tendencia a pensar desde la carencia y la restricción. Es una marca de la educación competitiva en el mundo de las plazas limitadas, el sálvese quién pueda y el juego de la silla. Esta forma de pensar es producto de un torrente sanguíneo gobernado por las hormonas del estrés. Esto da para otro artículo.
Bajar el nivel de miedo y de estrés es fundamental para que podamos confiar en la vida y elevar nuestro nivel de consciencia. Desde ahí la imaginación y la creatividad fluyen con facilidad.
Digitalización de la moda y la belleza
Vivimos en un mundo digitalizado y esto no ha hecho más que empezar. La digitalización es democratización de la abundancia con una perdida de calidad. Por ejemplo en la música, tenemos acceso a mucha más cantidad con menor calidad.
Pues así con todo, con la imagen y la moda, también.
Están pasando muchas cosas que pueden pasar desapercibidas. Por ejemplo, los filtros de fotografía y video están supliendo horas de maquillaje para mucha gente.
Además tenemos acceso a infinidad de filtros, podemos envejecer, rejuvencer, ponernos pecas, los labios rojos, azules, negros…Las pestañas de mil maneras diferentes y cada día hay más.
Esto es abundancia, nos da unas prestaciones parecidas pero la vivimos en otra área. Quizá en lugar de tener 10 pintalabios solo quieras tener uno. Y nuestros estilo de vida tiende a la comunicación digital y menos presencial.
Con la moda, auguro que va a ir pasando algo parecido. Ya existe una marca que vende ropa digital. Se trata de The fabricant Crean ropa que no existe físicamente pero puedes usarla en en videos y en fotos. Esto no ha hecho más que empezar.
Todo esto va a traer abundancia y un desarrollo de la creatividad de creadores y consumidores que vamos a flipar. Al menos veo que es uno de los posibles futuros que nos esperan.
Si la cosa evoluciona por ahí tendremos menos ropa física, pero muchas más opciones. Yo firmo.
La digitalización de la moda nos ayudaría a poder invertir más en ropa de calidad y sostenible. Seguiremos teniendo cuerpo y seguiremos necesitando vestirnos pero quizá aprendamos enfocarnos menos en la cantidad y a se más exigentes con lo que hay detrás del proceso de creación de cada prenda.
Miro al futuro con optimismo y con mucha curiosidad por ver todos los cambios que vendrán. No soy ninguna ilusa y sé que seguramente va a venir una época de grandes polaridades. Este texto es un intento de simplificar una realidad compleja y con muchas aristas, pero siento que la tendencia es a la abundancia.
¿Soltamos juntas el miedo y empezamos a confiar para ser partes activas de los cambios?
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