Texto: Ana Belén Kayser

La calidad del tejido es un tema que cada vez preocupa más a la sociedad y no solo por las consecuencias que pueda tener en nuestra salud, sino también es inquietante por los problemas medioambientales que enfrentamos. Cuanto mayor es la producción de prendas, mayor es la necesidad de recursos energéticos –agua, electricidad, sustancias químicas procedentes de tintes- y de espacio geográfico. Este hecho que tiene un impacto importante sobre el Planeta sucede incluso cuando empleamos fibras sostenibles. Por tanto, en este artículo hablaremos de las “fibras de menor impacto” que, recientemente, se han convertido en importantes líneas de investigación y cuyo objetivo es reducir el consumo de energía procedente de combustibles fósiles en la producción de fibras, para así reducir las emisiones de dióxido de carbono, el más importante de los gases involucrados en el cambio climático.

Actualmente, encontramos diversas líneas de investigación que mejoran las condiciones medioambientales y que resultan beneficiosas para las empresas del sector textil. Las fibras biodegradables son un ejemplo de ello, se descomponen mediante agua, luz y microorganismos en un periodo de tiempo relativamente corto. Se trata de un nuevo tipo de fibras de poliéster biodegradables (PLA), -hechas de ácido poliláctico que se obtienen de azúcares derivados de cultivos de maíz-, se hilan por fusión en un proceso similar al que se lleva a cabo con el tradicional poliéster obtenido del petróleo.

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Foto: Amandadreamhunter Vestido: Virgo Indómita

Este tipo de fibra presenta dos problemas, el primero es que no aguantan temperaturas muy elevadas (210º), lo cual dificulta el teñido y prensado del tejido. El segundo reside en que, aunque es biodegradable, difícilmente se dan las condiciones ambientales necesarias para que se degrade de forma natural, de modo que estas fibras se descomponen en unas infraestructuras adecuadas que permiten cerrar el ciclo.

Aitex es una asociación de carácter privado sin ánimo de lucro integrada por empresas textiles y afines situada en Valencia que desarrolla proyectos de investigación I+D en este sector. Actualmente investiga la obtención de fibras textiles biodegradables a partir de un tipo de Ácido Poliláctico, el PLA esterocomplejo, que posee unas propiedades térmicas mejoradas y superiores a las convencionales. El objetivo final es obtener un tejido sostenible y respetuoso con el medio ambiente, que además presente un tacto suave y sedoso, buena caída, fácil cuidado, resistente a las manchas y a la radiación ultravioleta, no obstante, su absorbencia es más baja que la de las fibras naturales como el algodón o fibras químicas como el rayón.

Otro ejemplo lo tenemos con las fibras biodegradables a partir de bacterias y levaduras. Suzanne Lee, investigadora en la Escuela de Moda y Textil de la Facultad de Arte y Diseño de Central Saint Martin de Londres, ha desarrollado un proyecto denominado “Biocouture”, con el que ha demostrado que se pueden producir tejidos a partir de organismos como bacterias, algas, levaduras y hongos. Mediante estos biomateriales creados por bacterias se genera una celulosa bacteriana con propiedades similares a las del cuero. Este proyecto ha tenido como resultado la obtención de un material parecido a la piel humana y que es biodegradable, resistente y se puede teñir mediante colorantes naturales -arándanos, cerezas, cúrcuma y curry-.

La fórmula para realizar este tipo de tejido es bastante sencilla: Utiliza bañeras donde mezcla 30 litros de té con 2 kilos de azúcar, bacterias y ácido acético a una temperatura inferior a los 30 °C.  Así, los microorganismos se nutren del azúcar y se reproducen, formando pequeñas fibras de celulosa que terminan emergiendo en forma de láminas, éstas se retiran a las dos o tres semanas y se lavan con agua y jabón, para luego secarse al sol, a mayor exposición solar, más delgada será la tela.

En el futuro, Lee cree que los propios materiales de la ropa podrían ser organismos vivos que trabajaran en simbiosis con el cuerpo para nutrirlo e, incluso, controlar si hay signos de enfermedad. Sin embargo, el problema que aún presenta este tejido es que no puede exponerse al agua, motivo por el cual se continúa investigado en esta sugerente línea.

Ana Belén Kaiser ha escrito un artículo sobre cómo cuidar nuestra ropa en el número 7 de Gansos Salvajes Magazine. Lleno de información práctica y una profunda documentación científica. Todas las que componemos el equipo ganso hemos aprendido un montón de cosas que no sabias sobre como cuidar nuestra ropa. No te lo pierdas!

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