Texto: Laura Martínez Hortal
Foto: AmandaDreamHunter
Me encantan los tacones, los veo en escaparates y en fotos de mujeres glamurosas y me quedo fascinada ante sus diseños. Alguna vez me he enamorado de un par y no he podido resistir comprarlos. ¿Te ha pasado? La parte que espero que no te haya pasado es la de tenerlos durante años sin estrenar por ser incapaz de andar con ellos. Una pena, pero así es, me resulta imposible moverme con un tacón de más de 5 cm. Las habilidades de Carry Bradsow para mantener el equilibrio sobre el tacón de aguja no son innatas en todas la mujeres. Aunque supongo que es cuestión de práctica, de sacrificio y un amplio presupuesto para taxis.
Los pies son nuestro contacto con la madre tierra. Los yogis insisten en el enraizamiento como base del equilibrio físico, mental y espiritual. Los pies firmes sobre el suelo colocan nuestra columna en su postura correcta y mantienen nuestro cuerpo en un estado óptimo para reaccionar ante un peligro por medio de mecanismos de ataque o huida.
La práctica de la reflexología podal evidencia que las plantas de los pies son claves para la salud de todo el cuerpo. Me pregunto por qué algunas culturas, como la china, se han ensañado especialmente con los pies de las mujeres. La práctica del vendaje de pies se ha realizado durante siglos. Las madres vendaban los pies de sus hijas de 5 años impidiendo su crecimiento natural, provocando fuertes dolores y deformándolo para que no alcanzara una medida superior a 7 centímetros (medida establecida por el canon de belleza vigente).
Las mujeres chinas de la época amaban los diseños de los zapatos creados para sus pies deformes.
Un canon de belleza no es más que una idea instaurada en el imaginario colectivo y convertida en convención social. Es muy grande el poder que puede llegar a tener una idea para afectar así a la vida. Las mujeres soportaban el dolor, las deformaciones y casi la invalidez. Y los hombres percibían como bella la deformación, la enfermedad y la limitación. ¡Parece de locos!
Los tacones en occidente no causan esos daños, y no trato de igualarlos, hay mujeres acostumbradas a llevarlos a diario y dicen no sentir molestias. No lo pongo en duda y las respeto. Yo me pongo tacones en algunas ocasiones, la ropa queda mejor, me siento más alta y ya no me torturo pensando que es un instrumento de violencia sutil hacia las mujeres. Elijo el momento, me aseguro el transporte en coche de puerta a puerta y llevo alternativa plana en el bolso para poder bailar y andar si la ocasión lo requiere.
Pero no puedo dejar de preguntarme por qué se hacen zapatos que todos aceptamos como bellos que limitan nuestra libertad de movimiento, que reducen nuestra comodidad y nos hacen perder un contacto seguro y firme con el suelo.
Las características de lo femenino tradicionalmente han estado unidas a las de la tierra: receptividad, fertilidad, maternidad, alimento, sustento…Me pregunto ¿Qué puede significar que una cultura lleve a sus mujeres a perder el contacto físico con el suelo y su propio equilibrio natural? Si tienes alguna respuesta, por favor deja un comentario aquí o publícala en ls redes sociales usando el hastag #culturadeltacon. Estoy segura de que podemos sacar buenas conclusiones juntas.
Este artículo se publicó en el número 4 de Gansos Salvajes Magazine, una publicación que trata la imagen y la inteligencia de la mujer con respeto. Cultura, reflexiones, entrevistas a mujeres destacables y cuestionamiento del canon. Estamos comprometidas con la belleza, pero no a cualquier precio. Sólo usamos como modelos a mujeres reales de edades variadas, no usamos Photoshop para retocar su físico y siempre visten con ropa de tejidos orgánicos y sostenible, conoce nuestra revista en papel aquí>.
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