Texto: Laura Martínez Hortal
A pesar de que se estrenó en 2014 todavía no me había dado el espacio para verlo hasta este verano. El documental de Iris Apfhel (El pájaro raro de la moda) no me ha dejado indiferente y ha causado en mí ideas contradictorias a las que sigo dando vueltas y quisiera compartir contigo. Amo y detesto lo que representa Iris.
Si llevas tiempo siguiendo a Gansos Salvajes o a mí sabrás que soy una defensora del derecho de las mujeres a envejecer.
- Me encanta una mujer que a sus más de noventa años brilla, sigue entregando sus talentos y su pasión al mundo y le encanta su imagen.
- Me enamora que en estos tiempos una mujer sea capaz de generar un estilo propio y expresarse a través de su atuendo de forma única. Ha desarrollado un estilo basado en su propio gusto, un gusto que no se ha doblegado ante la dictadura dirigida de las tendencias y la moda.
- Me gusta que la vejez sea el momento de cosechar éxito, de ser imagen púbica, icono de la moda y el estilo y sobre todo que se la ecuche. No es común en nuestros días que se escuche a una mujer novegenaria y que se la considere una autoriadad en lo suyo.
- Amo a las personas que persiguen la belleza. Y esta mujer ha viajado por el mundo buscando objetos bellos para adquirir y me parece fascinante.
Por otra parte Iris me cabrea, me enfada por distintos motivos:
- Creo que este documental fomenta el consumo delirante y sin medida, la fabricación en serie en países asiáticos, y todos los problemas ecológicos y sociales que derivan de ello. Es verdad que es moda, es verdad que es bello pero es verdad también, que toda esa ropa y complementos están destinados a ser basura. Y no concibo que hoy en día se hable de moda sin hablar de responsabilidad económica y social.
- Quizá sea un prejuicio mío, pero me parece que padece de un síndrome de diogenes agudo y algo de horror vacui. ¿Es el miedo al vacío y al silencio lo que la lleva a lenar su casa y su cuerpo de accesorios sin una verdadera utilidad?
- Y por último creo que en parte la industria de la moda la utiliza en cierto modo porque fomenta el consumo. Si su estilo hubiese sido minimalista dudo que le hubiesen dado tanta importancia.
Quiero aclarar que son criticas hechas desde el respeto y sabiendo que sólo un genio convierte su neurosis en arte. Aunque también necesita una sociedad neurótica que lo aprecie y lo aplauda.
Así me debato entre el amor y el odio, con todos mis respetos, hacia lo que es y representa Iris Apfel. ¿Tú has visto la película? ¿Conoces algo de la trayectoria de Iris? ¿Qué opinas sobre mis motivos de amor odio? Si te apetece, deja tu comentario.
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