Normalmente en los vienes de moda sostenible presento marcas o tiendas que están haciendo las cosas de manera consciente a nivel social y medioambiental.
A estas alturas, ya han pasado por aquí unas cuantas. Las tienes en la guía de tiendas y marcas de moda sostenible que puedes ver aquí.
Pero este viernes, después del reto armario sostenible, quiero hacer un alto en el camino y hablarte de cómo son las marcas que me gustaría presentar, que me gustaría ver en los escaparates y en las calles. Me consta que no es fácil crear una marca de ropa y estoy orgullosa de cómo lo están haciendo las empresas que promociono, aunque no estén cumpliendo todos y cada uno de los requisitos de sostenibilidad y ética que paso a presentar.
Según mi criterio las marcas de moda del futuro van a:
1. Diseñar las prendas desde cero pensando en su reciclabilidad. Por ejemplo, usando botones de materiales biodegradables, evitando cremalleras y procurando darle una utilidad a los restos del corte, aprovechar al máximo las telas…Se llama ecodiseño y es la clave para que el fin de la vida de una prenda sirva para fertilizar y ser el germen de otra. (Sea de la forma que sea)
2. Usar materias primas que supongan el mínimo gasto energético, o hidráulico, para su producción.
3. Asegurarse de que los tejidos se fabrican en lugares donde las condiciones de trabajo sean dignas y que las fábricas cumplan unos mínimos en cuanto a gestión de residuos, seguridad, higiene y usen energías renovables en la medida de lo posible.
4. Comprar tejidos y coser las prendas lo más cerca posible de su destino de venta para evitar la huella de carbono, es decir, proximidad.
5. Si las fábricas de tejidos o los talleres de costura están involucrados en proyectos sociales, mejor.
6. Producir en Europa es asegurarnos de que las leyes protegen a los trabajadores, velan porque las energías que se usan sean lo más limpias posibles y, además, evitamos la huella de carbono que deja el transporte.
7. Usar modelos de tallas y edades variadas. Por su puesto que cada marca tiene su target pero, como mínimo, que los cuerpos de las mujeres que se muestran en las webs y en los catálogos se ajusten a la realidad. Lo normal es retocar hasta el infinito, afinar la cintura, alisar la piel, darle brillos al pelo y a la piel, cambiar las facciones, quitar papadas, arrugas… Existe la belleza en lo natural, no necesitamos un modelo inalcanzable para comprar. El día que una marca trabaje bien un branding que empatice y conecte con las mujeres desde la autenticidad, triunfará. Por ahora, seguiré esperando.
8. Hacer tallas más allá de la 40, no creo que sea tan difícil de hacer y de vender ropa de la talla 44 ó 46. No digo tampoco que todas las marcas deban cubrir las tallas grandes pero sí ampliar a un rango que está dentro de la normalidad. Estoy segura de que hay demanda. Es raro el día que no me escribe alguien preguntando por marcas que tengan una XL o una 44.
Ponerse manos a la obra y construir una marca no es fácil; cumpliendo todo lo que he enumerado aún lo es menos. Y no sólo eso, hacer un producto con conciencia social y medioambiental hace a tu producto menos competitivo por precio, lo que aún pone las cosas más difíciles (aunque todo es relativo)
Cambiar la comodidad por la incertidumbre, la seguridad por el riesgo con una visión como única luz de guía tiene un meritazo. Suelen escribirme muchas personas emprendedoras decididas a crear lo que quisieran encontrar en el mercado. Y siento una emoción enorme porque es la prueba de que estamos dando pasos en el presente para construir las marcas del futuro. Las decisiones de compra de cada una van a jugar un papel decisivo en cuán pronto llegará ese futuro.
Foto cabecera: Sara Álvarez (Publicada en la editorial de moda de Gansos 7)
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