Está claro que la forma de hacer moda que ha desarrollado este hombre está haciendo estragos en el medio ambiente, en la salud y en la sociedad. Aún así no me siento capaz de criticarlo.

Llegar a ver la vida con cierta profundidad implica empatizar con las personas. Volviendo al señor Ortega, ¿puedes garantizarme que tú en su lugar no habrías hecho lo mismo? Nadie puede garantizar algo semejante porque aquí cada cual viene con su historia y lidiamos con la vida como podemos.

La vida no es siempre sencilla para nadie ¿verdad? y además está hecha de opuestos. No podemos entender la luz sin la oscuridad, ni la pobreza sin la riqueza, ni el calor sin el frio, ni la generosidad sin la avaricia. Los opuestos dentro y fuera de nosotros mismos nos dan la comprensión de la realidad. Así que posicionarnos en un extremo desde la beligerancia y negar el otro sólo lo fortalece.

Estoy a favor de que una moda más justa y más sostenible para el planeta debe ser una prioridad. Pero no estoy en la lucha; las luchas desgastan y finalmente a quien más daño hacen es a una misma.

Diré más, gracias a Amancio Ortega, o a la industria de la fast-fashion en general, se ha evidenciado la necesidad de un cambio, la necesidad de hacer las cosas de una forma más limpia, justa y transparente. Si esta polaridad no se hubiese disparado, no estaríamos viviendo un renacer de la artesanía y de lo hecho con mimo en todos sus procesos. Esto tiende al equilibrio y llegará el día en que se puedan combinar los avances de un extremo con los del otro.

En los últimos años, me he dado cuenta que cuanto más lucho por hacer desapartecer un aspecto mío que no me gusta más se fortalece porque se encierra más en el inconsciente. Somos capaces de tener menos conciencia de que aquello está ahí y se merma nuestra capacidad de actuar sobre él. Así, el día que bajas la guardia, ¡Zas!, sale y te pilla totalmente por sorpresa.

Por poner un ejemplo, quizá tú te consideras una persona paciente y pacífica, te identificas con esa imagen de ti y en tu día a día mantienes a raya cualquier manifestación de rabia. Te esfuerzas por ser complaciente y servicial, pones un esfuerzo extra de tu parte para evitar los conflictos. Pero un día que has dormido mal o que estás haciendo frente a dificultades con tu jefa o con tu pareja terminas explotando a gritos con tu hijo por algo nimio. Esto pasa porque nos mentimos, porque no queremos reconocer que en nosotras también hay agresividad y que ésta es útil cuando sale en el momento correcto, en la medida correcta y con la persona correcta. Pues exactamente igual ocurre en el exterior, ocurre con el mundo y con cómo nos posicionamos en él.

Una de las herramientas he comprobado que ayudan en este proceso de integrar polaridades es el uso de lo ciclos femeninos como herramienta de autoconocimiento. Tomar conciencia de que no siempre estamos igual y que cada momento tiene sus potencialidades y sus dificultades. Somos como los árboles que un día están inertes y a los pocos meses están cuajados de hojas, flores y frutos. Comparto esta información en este mini-curso gratuito (empieza el lunes 26).

Ser responsables y tener valores no implica que a veces no podamos caer en la pereza, buscar la comodidad, la rapidez y que pensemos en nosotras antes que en los problemas del mundo.

Demonizar y criticar mordazmente a una persona no dice nada de ella. La crítica habla de la persona que la expresa, habla de lo que no somos capaces de integrar, habla de la inflexibilidad y de los miedos que tenemos dentro.

Te invito a que, en la medida en que puedas, no vivas la moda sostenible como una lucha, no te desgastes tratando de convencer a alguien que no muestra interés por el tema, sólo predica con tu ejemplo y habla para quien quiera escuchar. Fortalece tu convicción apoyándola sin desprestigiar ni criticar a nadie. Personalmente, prefiero hablar de cifras o de evidencias antes de criticar mordazmente o machacar a personas o entidades.

Siempre recuerdo algo que me decía mi hijo cuando era más pequeño: «Mamá eres buena y mala a la vez». Y con el tiempo reconozco que tiene toda la razón.

Cuando inicias un camino de crecimiento personal o cuando viene una crisis vital de esas que de vez en cuando se presentan, emergen cuestiones como: “no te las sabes todas”, “creías que lo tenías todo controlado, pero no”, “lo que ha funcionado antes ahora no funciona”. En situaciones límite salen aspectos desconocidos de nosotras y no sabemos lo que somos capaces de llegar a hacer.

En esas crisis aumenta la empatía, damos un salto de maduración, seguimos ese camino del Yo infantil al Nosotros. Y de ahí surge la comprensión de que cada cual está aquí haciendo lo que puede, con las circunstancias que le han tocado.

Estoy fuertemente convencida de que el único camino válido es el del autoconocimiento, la búsqueda de comprensión del entorno en el que vivimos,  y el desarrollo personal. Sólo desde ahí podemos crecer, ser independientes, tener recursos y hacer este mundo mejor. Desde Gansos Salvajes y el programa Alquimistas, trabajamos para facilitar este camino a todas las mujeres que estén dispuestas a recorrerlo, a conocerse y a brillar de la mano de profesionales de alto impacto que han hecho ese camino antes.

En Gansos Salvajes tenemos una super formación de transformación personal para mujeres. Las inscripciones para ALQUIMISTAS están abiertas para 2019 hasta el 17 de Marzo. Se trata de un recorrido a través de 25 MASTERCLASES de la mano de profesionales de alto impacto en el ámbito del autoconocimiento, empoderamiento femenino, coaching y salud. Puedes ver aquí todo lo que contiene esta super formación de crecimiento personal para mujeres que quieren transformarse para brillar.  Echa un vistazo al programa aquí>


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Author: gansosmag

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