Cada cambio de estación los maniquies y percheros de las tiendas se llenan de nuevos diseños. Como sabes los escaparates han dejado de tener el protagonismo que tenían y se han trasladado a a tu bolsillo. Muchísimas youtubers e influencers especializadas en comunicación de moda muestran sus nuevas adquisiciones de temporada, nos enseñan a combinarlas y tratan de despertar el impulso de compra.

Las imágenes y la belleza tienen un gran poder para despertar el deseo (o el impulso) pero también el discurso que se elabora para justificar la necesidad de comprar más y más cada temporada. Abundan las frases del tipo: «Cuando te vas de tiendas levantas tu ánimo», «Recibes la nueva estación con más alegría teniendo prendas nuevas en el armario con la etiqueta puesta esperando el cambio de tiempo», «Estrenar ropa aumenta tu seguridad en ti misma»… Todo este tipo de mensajes son ciertos, lo nuevo, lo bonito y lo que está de moda puede ayudarnos a sentirnos bien y tener más ilusión pero corremos el peligro de convertirnos en adictas a la recompensa externa, a la satisfacción inmediata y que proviene de fuera.

Nuestra cultura consumista y los valores materialistas fomentan esa idea y yo quisiera usar este espacio para recordarte que el poder sobre como te sientes lo tienes tú. Que esa ilusión, motivación o alegría que sientes estrenando una prenda son tuyas. Vienen de dentro de ti. Son emociones y las generas de dentro a afuera. Algo externo te puede ayudar y no creo que tengamos que renunciar al 100% a ese tipo de placeres, lo que no es positivo es depender de ellos.

Todo esto ocurre porque tal en nuestra cultura el valor social y el reconocimiento está principalmente en lo material. Damos mucha importancia a lo que se ve, por eso el triunfo de instagram. (Por cierto sigue a Gansos en esa red porque es donde se están generando las mejores conversaciones).

Te sientes mejor cuando estrenas un vestido porque le estás diciendo al mundo que vales más, tu misma sientes que vales más pero tu valor no depende de lo que tienes, ni de lo que haces, depende de lo que eres. Y ese valor no aumenta momentáneamente sino que está ahí y crece lentamente. Así se explica el subidón que sientes cuando estrenas coche, casa o ropa, es una alegría efímera. Está bien disfrutarla, pero es efímera y al pasar un tiempo nos devuelve al lugar al que estábamos.

Esta reflexión un poder a la ropa que no es propio de ella, el poder es tuyo y desde ahí puedes decidir sin depender. Y eso es libertad.

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Author: gansosmag

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